lunes, 17 de diciembre de 2007

TIERRA Y LUNA


Me quedo con el transparente hombrecillo
que come los huevos de la golondrina.
Me quedo con el niño desnudo
que pisotean los borrachos de Brooklyn,
con las criaturas mudas que pasan bajo los arcos.
Con el arroyo de venas ansioso de abrir sus manecitas.

Tierra tan sólo. Tierra.
Tierra para los manteles estremecidos,
para la pupila viciosa de nube,
para las heridas recientes y el húmedo pensamiento.
Tierra para todo lo que huye de la tierra.

No es la ceniza en vilo de las cosas quemadas,
ni los muertos que mueven sus lenguas bajo los árboles.
Es la tierra desnuda que bala por el cielo
y deja atrás los grupos ligeros de ballenas.

Es la tierra alegrísima, imperturbable nadadora.
la que yo encuentro en el niño y en las criaturas que pasan los arcos.
¡Viva la tierra de mi pulso y del baile de los helechos,
que deja a veces por el aire un duro perfil de Faraón!

Me quedo con la mujer fría
donde se queman los musgos inocentes,
me quedo con los borrachos de Brooklyn
que pisan al niño desnudo;
me quedo con los signos desgarrados
de la lenta comida de los osos.

Pero entonces baja la luna despeñada por las escaleras,
poniendo las ciudades de hule celeste y talco sensitivo,
llenando los pies de mármol la llanura sin recodos,
y olvidando, bajo las sillas, diminutas carcajadas de algodón.

¡Oh Diana, Diana, Diana vacía!
Convexa resonancia donde la abeja se vuelve loca.
Mi amor de paso, tránsito, larga muerte gustada,
nunca la piel ilesa de tu desnudo huido.

Es tierra, ¡Dios mío!, tierra, lo que vengo buscando.
Embozo de horizonte, latido y sepultura.
Es dolor que se acaba y amor que se consume,
torre de sangre abierta con las manos quemadas.

Pero la luna subía y bajaba las escaleras,
repartiendo lentejas desangradas en los ojos,
dando escobazos de plata a los niños de los muelles
y borrando mi apariencia por el término del aire.

1935































Porque nunca nadie ha logrado superarle. Y porque se lo merece.



















Porque cuando las lagrimas rozan mis mejillas, sé que es él. Sé que es Lorca.

Carta de uno de los asesinos de Lorca.


Muy señor mío y correligionario: Ayer estuve en la embajada y saludé al sr. Lequerica y al sr. Zulueta. Allí encontré a mi amigo el dr. Marañón y salimos juntos. Estoy algo enfermo y quería que me reconociera. Fuimos a su casa de Passy. Yendo en el Metro, sacó un número de “La Vanguardia” del bolsillo y me dio a leer un artículo de V. -“Genealogía de los rojos”- que me ha entusiasmado. Me dijo que le había gustado muchísimo, que le servirá de base y argumento para un trabajo suyo de los que envía a “La Nación” de Buenos Aires. Agregó que tiene V. toda la razón, que todos los izquierdistas de España han sido siempre unos criminales sedientos de sangre y no otra cosa, que el liberalismo, el republicanismo, el socialismo y el acratismo en España no han tenido jamás una sola figura y solo tontos explotables y bandidos explotadores, sin que haya habido entre ellos, desde los comuneros a Negrín, nadie digno de respeto o siquiera mención. Le repito que estaba entusiasmado con su artículo de V. y creo recordar que me dijo que había hablado de él con Lequerica y que éste fue de opinión de que debía ser reproducido por la prensa madrileña. V. quizá no se acuerde de mí. Soy Manuel Luna, de los Luna de Antequera. Yo le conocí en Granada cuando era V. de las Juventudes Católicas. He vivido todo el glorioso movimiento primero en Granada, luego en Zaragoza y algún tiempo en Oviedo, después de la llegada de la columna de socorro gallega. En Granada me he distinguido bastante. Fui de los que asistieron, en una mañana de agosto, al fusilamiento, en el cementerio, ante las fosas abiertas, de setenta rojos, todos ellos bandidos, asesinos, criminales, violadores, incendiarios… Y gocé mucho, muchísimo, porque se lo merecían. Entre ellos estaban el presidente de la Diputación roja Virgilio Castilla, el ex gobernador rojo de Alicante Vicente Almagro, el alcalde rojo de Granada Montesinos (un médico), el ingeniero de caminos y ex diputado constituyente Santacruz, el ex alcalde de Granada Fajardo, el diputado Corro y otros más, médicos, catedráticos, abogados, ingenieros, procuradores, etc. Hicimos una buena limpia. Algunos días después cogimos al gran canalla de García Lorca -el peor de todos- y lo fusilamos en la Vega, junto a una acequia. ¡Qué cara ponía! Abrazaba los brazos al cielo. Pedía clemencia. ¡Cómo nos reíamos viendo sus gestos y sus muecas!Pertenecí a la ronda depuradora de Ruiz Alonso. Pero como le digo tuve que irme por asuntos particulares a Zaragoza y después a Oviedo. En ambas poblaciones ayudé también a la depuración. En Oviedo pasé un rato muy agradable viendo fusilar al miserable de Leopoldo Alas Argüelles, el hijo del repugnante Clarín. Ahora estoy en París y me río mucho viendo el miedo que tiene esta canalla francesa a los alemanes e italianos. ¡Qué diferencia entre nuestra gloriosa España nacionalista y esta Francia corrompida, podrida hasta los tuétanos! Por algo dice Marañón que aquí se ahoga y que está deseando verse en Madrid lo más cerca posible del Caudillo… Volveré a Madrid pronto y espero hacerle en breve una visita en «Ya». Reciba el afecto de su amigo y paisano.












¿No creen ustedes que ese sujeto (que todavía vive) merece la muerte?


Yo no lo fusilaría, no sería tan necia. Simplemente le haría sufrir, sufrir a esa alta edad que debe estar sorteando. Que roce con la punta de sus dedos lo que es la muerte. Que la mire fijamente, la bese, la saboree. Que sude frente a ella y le chille que le deje en paz. Que la sufra a garganta abierta y muera de dolor y de desesperación.





Algunos pensarán que soy mala. Pero no lo soy. Soy realmente justa.









Porque no merecen que la muerte los toque directamente. Merecen que antes juegue con ellos.










Mi más sincero odio hacía el escritor de esa basura, Manuel Luna.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Echar a correr


Quiero vomitar mis sentimientos y verme reflejada en la bilis. Regocijarme en la nada de un mundo que se desvanece. Que ya ni es tuyo, ni mío.


Es un mundo a parte, en el que no vale nada ya. Lágrimas inucan mis ojos al mirarlo dsde aquí...


Pero de nada sirve, soltar tu mano no es fácil cuando me estás clavando las uñas, y con la otra mano, me arrancas el corazón. Me lo enseñas, y te largas.. Me culpas, nos culpamos. Te vas y lloro, te quiero, pero ya no te quiero aquí.


El no te vayas y vete ahora se unen, llega el fin.


Una de las cosas más importantes de mi vida se pierde entre las sombras. Quizá por tu culpa, quizá, por la mía. Nunca sabré por qué quise que fuera así, porque, más que quererte te amo. Pero nada tiene sentido y no entiendo por qué.


Refljandome en mi bilis.. vomito sentimientos, lágrimas, desgracia.. Vomito mierda... Vómito sin fin...



Quiero echar a correr, manteniendo siempre mi estado inicial.
Quiero echa a correr quieta, muy muy quieta.
Quiero echar a correr parada.

lunes, 29 de octubre de 2007

Autobiografía de una seta.

Y como si del rebote de una pelota se tratara, aquí estoy yo, rebotada. También como una pelota nací, muy redondita, y no niego que todavía lo sea. Con esa sonrisa característica, que aflora en los malos y buenos momentos. Intentando teñir de blanco algo que aparentemente es negro, aunque siempre acabe viéndolo gris, esa sonrisa que aseguraría nadie tiene tan de verdad, pese a que no me guste. A su alrededor labios carnosos, nariz hinchada y ojos pequeños. Por valiente me quedé sin pelo, y fue una extraña metamorfosis. De leona a seta en muy poco tiempo, algunos incluso creen que alucinógena.

Alucinógena porque soy capaz de barbaridades, y una cantidad de cosas, que nunca nadie diría ni haría. Por lo general, suelo decir lo que pienso, y no es que piense poco, pero no pienso lo que digo, uno de mis grandes defectos. El tacto no lo saco a la calle, supongo porque soy un despiste y puede que lo pierda. Pero dentro de lo que cabe no me importa, la sutileza no es don de burros, y yo como tal no tengo límites, igual que de límites carece mi bordería. Reconozco que la vergüenza puede llegar a apoderarse de ésta, y por eso todos descubrimos que las confianzas, dan asco.

Histéricamente ordenada, y sin orden alguno, histérica. La pequeña de la casa, y si por culpables fuera, la culpable de todo, si cabe afirmar que cuando quiero soy peor que traviesa.

Mis hermanos son esos pequeños grandes seres despreciables que todo el mundo querría tener, un hermano que te obliga a pensar que eres fruto ilegítimo de un cubo de basura y una hermana pija con la que no puedes llegar a convivir más de dos días. Pero los quiero, y sé que ellos también quieren a esta niña repelente que ahora escribe, y a la que se le llenan de recuerdos las manos. Una madre que parece un hobbit, pero engaña, es más grande que un sol, un padre del que he heredado muchas cosas, pero ninguna buena, y una perra de color de rosa.

Mis amigas... ellas son el pequeño puzzle de mis días y mis noches, mis lágrimas y mis risas. Son un trocito de corazón que echo de menos siempre que tengo lejos. Y lejos tengo a la mejor de ellas, pero nueve años de amistad superan cualquier autopista, pues sólo con la voz nos es suficiente para abrazarnos y reírnos del mundo.

Y más me reiré del mundo cuando la P.A.U muera y yo respire tranquila, puesto que todavía queda 'en aquella esquina de allá lejos' y ya soy un pequeño manojo de nervios. Deseo ir a la universidad, me han dicho que son los mejores años de la vida, y aunque vaya a ser la pequeñita de la clase, como he sido hasta la fecha, tengo ganas.

Después de esto ¿qué sabemos?.

El futuro son páginas en blanco que cada uno tiene que ir escribiendo. Día a día, minuto a minuto, sonrisa tras sonrisa, lágrimas... A ser posible las menos. Pero siempre escribiendo, siempre regalando recuerdos a estas hojas que algún día nos recordarán que fuimos jóvenes, tiernos, traviesos, ilusos...


Felices, aunque la adolescencia intente hacernos creer lo contrario.









No podía evitarlo. :)

Tire sus desechos al mundo, gracias


Realmente nunca entenderé por qué la gente que lo ve todo de color de rosa es tan feliz. ¿Por qué cuando todo "parece" marchar bien le damos la vuelta a la tortilla? Yo no sé si es que no me gusta el color rosa, y aprecio demasiado el gris, pero todo se tiñe con una neblina muy rara cuando todo marcha bien.
Y es que realmente, nunca marchó bien del todo. Pero te das cuenta de que te regalan una vida arrancando un pedacito de otra, y lo hacen para que vivas.
No para que intentes vivir.
No hacer daño a la gente en este pésimo mundo de mierda es difícil. Sí, muy difícil. No quiero decir imposible porque esas palabras me duelen por dentro..
Me pudren..
No entiendo como, ni por qué tenemos que vivir haciéndonos daño los unos a los otros... Porque la escoria no sabe vivir de otra forma..

Y eso somos..


Escoria.
Mierda, desecho, escombro..

De una vida que tiene tantos colores por encima..



Que se vuelve negra..






Y prende, prende como el carbón.




Que el mundo se está convirtiendo en un vertedero..



Por favor, tiren sus residuos humanos por aquí, gracias.

La primera..


Sí, esta es la primera actualización normal y corriente que voy a hacer.. No sé, realmente me he hecho el blog por pasar un rato y escribir más libremente.. Esto supongo que será algo mejor que el fotolog... :)

Poco más..
^^


Y sí, este es mi alegre careto..:)

Y sigo viva..


Y no miento cuando digo que todo este tiempo me he escondido en un sitio al que nadie entra..
Me fui conmigo misma a ese rincón que nadie conoce..
Ese rincón impenetrable..
Conmigo, con mi soledad..
Con los gritos de la mandrágora..
Con los aullidos del silencio.. y el frío lamento de la luna..



Porque sólo sonríe cuando el sol la toca..

miércoles, 17 de octubre de 2007

Sólo sé que huyó..



Se acercó desdeñosa al vacío de sus sentimientos, y sólo vio oscuridad.
Oscuridad partida por los latidos de un corazón que late por pura costumbre.
Paupérrimas aspiraciones a nada. Somnolientos deseos sin sentido.
Y se deja la niñez, y con ella, la felicidad del todo por nada, y se avecina un nada por un todo.

Pero ella muestra su actitud pasiva ante toda situación.
No puede perder la calma, pues nunca la tuvo por virtud.
Angustiada por sentir que dejaba de sentirlo todo, y a la vez, sentía que todo se convertía en nada, todo la dejaba..

No, no os engañaré diciendo que fue fuerte, que lo superó...
Se sumió en la mierda de aquel vacío lentamente...
Sé, que no dejo de sentir el dolor, tal vez se acostumbró...
Y junto a su esencia, que triste aun rondaba por allí, una nota en blanco.
Un recuerdo de su único sentimiento franco, la razón de su contradictoria huida...

Mordaza de sentimientos...









Pasividad.









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lunes, 15 de octubre de 2007

Hola, terrícolas..

Agrias lágrimas en mis inexistentes ojos.
Gritos ahogados en una garganta que nunca fue de verdad.
Llueve...
Llueve semen de ese ahorcado que fue tan libre que decidió irse.. y nadie viene a recogerme.. y me pudro sola..
Y sola me odio, y sola, me odiáis.
¿Y si soy planta, para qué tener imaginación?
¿Y si nadie me escucha, con quién hablo?
Tal vez seáis vosotros, los que no encajáis aquí..
Se escucha un ruido, vienen a beberme..
Sí, a mi.
A matarme un poco más duro, a beberse el fruto de mi dolor..
A pensar en mundos de colores..
En esos mundos, donde nunca podre estar yo..






Simplemente por ser mundos...








Simplemente...









Por ser mandrágora..









¡¡Hola, terrícolas!!

















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